MARCOS BARRIENTOS - YO SOY TU ESPERANZA
LA ORACIÓN EN TIEMPO DE PRUEBA
SALMO 6:1-10
1 Oh Jehovah, no me reprendas en tu furor, ni me castigues con tu ira.2 Ten misericordia de mí, oh Jehovah, porque desfallezco. Sáname, oh Jehovah, porque mis huesos están abatidos. 3 También mi alma está muy turbada; y tú, oh Jehovah, ¿hasta cuándo? 4 Vuelve, oh Jehovah; libra mi alma. Sálvame por tu misericordia, 5 porque en la muerte no hay memoria de ti; ¿quién te alabará en el Seol? 6 Me he agotado de tanto gemir. Toda la noche inundo mi cama y con mis lágrimas empapo mi lecho. 7 Mis ojos están debilitados por el pesar; se han envejecido a causa de todos mis adversarios. 8 Apartaos de mí, todos los que obráis iniquidad, porque Jehovah ha oído la voz de mi llanto. 9 ¡Jehovah ha escuchado mi ruego! ¡Jehovah ha aceptado mi oración! 10 Todos mis enemigos se avergonzarán y se aterrarán. Retrocederán y de repente serán avergonzados.
El Salmo 6, Es el primero de los 7 de una serie especial conocida como “Salmos de penitencia”. Los otros son el salmo 32, 38, 51, 102, 130, y el 143 Los cuales expresan: El arrepentimiento y la tristeza por el pecado. Escrito por el Rey David.
David era considerado un Rey justo, valiente, apasionado, guerrero, músico y poeta. Pero como cualquier hombre tuvo desaciertos, equivocaciones y pecados. Se cree que vivió entre los años 1040 y 966 a E.C.
Fue figura central del Antiguo testamento. Miembro de una de las principales familias de la tribu de Judá, Ungido por el profeta Samuel por encomienda de Dios como futuro Rey, cuando solo era un muchacho que cuidaba de los rebaños de su padre en Belén.
El salmo 6, fue redactado en un tiempo de gran tribulación y apuro para David, en el describe el sufrimiento, la pena y la profunda tristeza por la que estaba atravesando. David se encontraba enfermo, agobiado y sus enemigos se querían aprovechar de las circunstancias para arremeter contra su vida, pero la preocupación más grande que tenia David era que no estaba agradando a Dios.
El salmo 6 se divide en dos partes:
(1ª) Primera: David estaba enfermo e imploraba, por la misericordia de Dios. (Vs 1-7)
(2ª) Segunda: David expresa su confianza porque Dios lo ha escuchado.(Vs 8-10)
Veamos que nos expresa el Rey David a través de este salmo:
EL SALMISTA EXPRESA SU NECESIDAD: Por: el dolor físico, por la pena y por el enemigo.
1 Oh Jehovah, no me reprendas en tu furor, ni me castigues con tu ira.2 Ten misericordia de mí, oh Jehovah, porque desfallezco. Sáname, oh Jehovah, porque mis huesos están abatidos. 3 También mi alma está muy turbada; y tú, oh Jehovah, ¿hasta cuándo?
David abre su corazón ante el señor. Y expresa su dolor por la enfermedad que aflige su cuerpo, la turbación de su mente y el agravio de sus enemigos. Él sabe que merece ser reprendido, que ha pecado en contra de Dios. Y no le pide que no lo reprenda, Él apela a su misericordia. Hebreos 12:6 dice “Porque el señor al que ama disciplina”.
1 Corintios 11:22 “Somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados por el mundo”
Todo pecado, toda equivocación, toda mala elección traen consigo malas consecuencias. Los gobiernos han establecido cortes de justicia para hacer que todo aquel que infrinja la ley pague las consecuencias de su comportamiento, ya sea con cárcel o con su propia vida. De igual manera Dios impuso leyes y estableció que él que estuviera en contra de ellas moriría.
Según las escrituras todos hemos pecado y por eso estamos destituidos de la gloria Dios y apartados de Él. Además la ira de Dios está sobre los pecadores. Romanos 6:23 nos enseña “porque la paga del pecado es muerte”.
David era un hombre valiente, apasionado y guerrero, como para auto compadecerse o dolerse de su aflicción externa. Fue cuando su pecado comenzó a cargar pesadamente sobre su conciencia, fue cuando él estuvo en silencio, apartado de Dios, que se lamento y empezó a llorar en secreto y aun su espíritu empezó a rehusar el consuelo.
David tenía una conciencia viva, pero no estaba cumpliendo con los propósitos de Dios para su vida.
Cuanto tenemos que aprender del Rey David y lo primero que tenemos que hacer es reconocer nuestro pecado delante de Dios. humillemonos delante de su presencia y reconozcamos la gran necesidad que tenemos de su misericordia.
Hemos vivido en contra de su voluntad, muchos dirían pero yo no he hecho cosas tan graves como para merecer esto o aquello...... Hemos ofendido a Dios de muchas maneras; con nuestros actos, con nuestras actitudes, con lo que ven nuestros ojos, con lo que escuchan nuestros oídos, ofendemos a Dios con lo que hay en nuestro corazón, con la amargura, el odio, el orgullo, la soberbia, la rabia, la envidia y la lista es muy larga. Dios es santo y demanda santidad de cada uno de nosotros. abramos nuestro corazón delante de Dios con amor, con humildad, mansedumbre y con fe como lo hacia David. apelemos no a la justicia porque no saldríamos bien librados de ella, sino a su misericordia, a su amor, a su bondad.
Necesitamos de Dios, día a día, minuto a minuto, segundo a segundo. Él es nuestra fuente de vida, el aire que respiramos, Él es el quien le da un verdadero sentido a nuestras vidas. Él es nuestro soporte, nuestra roca, Él es todo lo que necesitamos. Él lo ha dado todo por nosotros. solo Él puede darnos la paz que sobrepasa todo entendimiento y que el mundo con sus deleites nunca nos podrá ofrecer.
EL SALMISTA TAMBIÉN EXPRESA SUPLICA: Y pide se le tenga misericordia: Para la dolencia y para la culpa.
v 4-7 4 Vuelve, oh Jehovah; libra mi alma. Sálvame por tu misericordia, 5 porque en la muerte no hay memoria de ti; ¿quién te alabará en el Seol? 6 Me he agotado de tanto gemir. Toda la noche inundo mi cama y con mis lágrimas empapo mi lecho. 7 Mis ojos están debilitados por el pesar; se han envejecido a causa de todos mis adversarios.
David apela a la misericordia de Dios. Lo que más deseaba David era el favor y la amistad de Dios, clamaba por misericordia, por reconciliación con Dios, por sanación física y mental y por el perdón de sus pecados, rogaba para que Dios le proporcionara alivio y paz a su corazón. David no solo estaba enfermo físicamente, sino también su alma; es decir su intelecto, su voluntad y sus emociones estaban turbadas y afectadas.
No pensaba objetivamente, estaba fallando en hacer la voluntad de Dios, sentía tristeza, temor y angustia, todo lo que había en su corazón lo reflejaba en su apariencia física y todo a raíz de un posible pecado oculto.
Cuantas veces nos hemos encontrado en la misma situación que el Rey David y hemos orado y clamamos a Dios por su misericordia. porque nuestro pecado y nuestra rebeldía hacia Él pesan tanto que ya no podemos con la culpa y anhelamos desesperada mente una reconciliación con Dios, porque sabemos que sin Él estamos perdidos, muertos y sin esperanza alguna.
David esperó, pero su espera estaba fundamentada en la misericordia de Dios. Y en nada más.
Que lo que mas deseemos con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente y con todas nuestras fuerzas sea amar a Dios, tener su favor y su amistad, pero lo mas importante siempre hacer su perfecta voluntad.
Ayúdanos y enséñanos señor a esperar en ti y en tu misericordia.
EL SALMISTA EXPRESA SU SATISFACCIÓN Y GOZO QUE DIOS LE HA DADO: El señor le da oído y le ha dado alegría.
8 Apartaos de mí, todos los que obráis iniquidad, porque Jehovah ha oído la voz de mi llanto. 9 ¡Jehovah ha escuchado mi ruego! ¡Jehovah ha aceptado mi oración! 10 Todos mis enemigos se avergonzarán y se aterrarán. Retrocederán y de repente serán avergonzados.
David expresa su confianza, sabía que Dios lo había escuchado. Y nos enseña de igual manera a acercarnos a Dios en toda circunstancia, a abrir nuestro corazón y confesar todo pecado y toda desobediencia que nos aparta de Él. Acerquémonos y oremos a Dios en todo tiempo. Mateo 11.28 “Venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar, Venid a mí y hallareis descanso para vuestra alma.
Las circunstancias no habían cambiado, pero David sintió la misericordia de Dios sobre él y comienza a sentir la mano poderosa y amorosa de Dios en su vida. Ya no se siente desamparado, ni enfermo, ni atemorizado por sus enemigos, al contrario siente el favor de Dios sobre él. Y por el contrario empieza a reprender a sus adversarios. él confiaba en el señor y su fe ahora estaba puesta en el señor. Y mientras él tuviera la fe suficiente sus adversarios serian avergonzados, confundidos y humillados.
David ya no enfoca su mirada hacia los problemas sino que mira hacia arriba y sabe que Dios, el que le dio la victoria tantas veces, cuando le dio el coraje para arrebatarle al oso y al león las ovejas de sus bocas, cuando le dio la victoria con Goliat, ese mismo Dios, estaba nuevamente con él, Para darle la victoria y la paz que el tanto anhelaba.
Que enseñanza tan maravillosa para nuestras vidas.
CONCLUSIÓN: 1 Pedro 1:16 nos enseña: Sed santos porque Yo soy santo dice el señor. El pecado nos aparta de Dios, David nos muestra lo que es una vida apartada de Dios, llena de dolor, turbación, enfermedad, temor y desasosiego a raíz del pecado y la desobediencia. Solo cuando tenemos un encuentro real con Dios , cuando vivimos en comunión, obedecemos y nos sujetamos vemos la misericordia de Dios en nuestras vidas. No estamos exentos a problemas económicos, familiares y de todos tipo, ni tampoco a enfermedades, de lo que si podemos estar seguros es que Dios siempre estará con nosotros y más aun cuando nos acercamos a Él con el corazón humillado reconociendo nuestra necesidad y dependencia de Él. Juan 16:33 “ En el mundo tendréis aflicción, pero confiad yo he vencido al mundo”
Hebreos 4:16: Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Recibe a Cristo como tu único Señor y Salvador.
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